Lo dijo un trovador de Minnesota
los tiempos cambiaban como las hojas al otoño
y las cartas de un preso a su abandono
el escenario se pinto de un sol y unas arenas
en diferentes tiempos y vientos
de norte a sur a paso de carreteras con tropiezos
tan pequeño fue el pirata de gran tesoro entre su alma
que de siete mares solo tuvo
siete arenas y dos faroles que le dijo del Sr. Buho.
Tenia esa oscuridad en el que aun no se iba
ese frió que disfruta al aun esperarla en sus liras
y tomo el gusto por verla brillar
bajo un sol que latiga los pies
del hombrecillo que aun busca el sombrero al revés
Que causan sus ojos al despertar?
se hicieron tan raros como locos al escapar
que cuentan una historia sin comienzo ni final
pues tenia al sol y su mirada
y no al invierno..el cual ya no extrañaba.
Pasaron siete arenas con su sombra al costado
entre olas accidentadas y amarguras por sus cuidados
con un tierno miedo al golpe del mar en su cintura
con tatuaje al natural forma de un perro y los comezones por la sal
inundaban esa figura que me hace suspirar
era su sonrisa, el sol y la locura por alcanzar
el ultimo rastro de un verano anunciado
y mas caliente de lo imaginado
Fueron arenas limpias, oscuras y algo dolidas
dejando marcas de aventura por un bikini mas de su lista
una sandalia desaparecida entre perros jugando con el mar
de un puerto azul donde vieron morir al sol
pues ella jugaba a ser fotógrafa de un Erizo sin brillar
se hizo una historia más
entre el sueño y la playa por volver al mismo lugar.
Un mes fue suficiente para romper aquella condena
lo que no hizo en mas de 10 años
se hizo en el espacio de un calendario por la única razón
que era solo ella
las olas se hacían mas grandes al final
y la ternura del silbido del viento al verla brillar
se impregnaba más en la tertulia
por engreirla y hacerla sentir que la locura se había expuesto al sol
y su fortuna era la compañía de sus ojos al astro iluminador.
Y los recorridos se acabaron
como los bikinis ya contados
las figuras capturadas en unos retratos de recuerdos
de vagabundos encantados
entre la fiesta de la niña de sonrisa cinco estrellas
se hizo un gran final con dulces y payasos
por su día y de paso tal vez romper la dieta de los involucrados
de regreso al camino con el recuerdo
de ese brillo y un deseo de verla siempre de nuevo
se llevo un recuerdo único y agrandado
para un pequeño hombre que solo quiso su mano
y termino con la memoria de un compartir con su linaje
y sus ojos a su lado.